El incienso y un dulzor sutil pero rico se hacen presentes durante toda la experiencia. Totalmente unisex, meditativo, hasta diría que relajante y fresco. En el secado se vuelve como un abrazo de almizcle cálido, nada animálico, estilo tu piel pero mejor. No tiene una gran estela, pero sí es perceptible. Es de esos olores a los que uno recurre para sentirse mejor, sin importar lo que los otros piensen.